Preyer (1882 citado en García Soto, 2010) afirma que el nacimiento de la psicología infantil podría ser fechado en 1882 con El alma del niño, obra de este mismo autor. Sin embargo, su origen se encuentra en la Edad Clásica y en la obra pedagógica de Comenius y Locke del siglo XVII. El siglo XVIII es importante dentro de la psicología infantil por varios motivos. Primero, porque los cambios sociales y económicos dieron lugar al ideal educativo, cuya renovación dio lugar al segundo motivo (García Soto, 2010).
Álvarez Lires (2002, citado en García Soto, 2010) señala la
originalidad del personaje de Fray Martín Sarmiento, que escribió sobre
diversos temas, a pesar de no hacerlo sobre educación hasta después de
viajar a Galicia, característicos de la mentalidad científica de la Ilustración,
propios de su perfil intelectual. Además fue imprescindible en el Teatro
Crítico de Feijóo.
Ogando (1980, citado en García Soto, 2010) nos dice que aún
en contra de cualquier tipo de reconocimiento público, este autor se negó a
publicar sus muchos escritos caracterizados por su desorganización temática, lo
que resultó una virtud hacia el lector por la aportación de nuevas ideas no
encontradas anteriormente.
“Consideraba que el conocimiento de la infancia debía ser
objeto de estudio por sí mismo, bien como parte del conocimiento general sobre
las sociedades, bien como registro del desarrollo individual” (García Soto,
2010, p. 4).
Según Sarmiento (1768, citado en García Soto, 2010, p. 5) en
la evolución mental son fundamentales las características innatas del niño. “No
hay más que un solo niño en todo el mundo, y en todo tiempo.”
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